viernes, 29 de julio de 2011

Billy Wright, la esencia del fútbol británico

Ídolo absoluto del Wolverhampton, William Wright -tal su nombre- nació en febrero de 1924 para incorporarse con tan sólo diez años al club que marcaría su carrera, cuando era un pequeño que ni siquiera soñaba en convertirse en futbolista, sino que había sido contratado para hacer algunas reparaciones en el terreno de juego del equipo, que solía deteriorarse sobre todo en invierno.

No obstante, su cercanía a los pequeños que jugaban al fútbol en los alrededores del estadio le produjo curiosidad, por lo que se unió a ellos en más de una oportunidad, y allí fue que los “ojeadores” del equipo notaron que tenían una verdadera joya entre manos. Le incorporaron a los chicos del club a pesar de su estatura y con la influencia de su padre, que había sido futbolista amateur, dio sus primeros pasos de forma profesional.

Para la temporada 1938/39, el Wolverhampton poseía una de las mejores plantillas de Inglaterra, al punto de finalizar en segundo lugar el campeonato de ese año, sólo por detrás del Everton. En el equipo jugaban, entre otros: Stan Cullis, Bill Morris, Dennis Westcott, Alex Scott, Tom Galley, Dicky Dorsett, Bill Parker, Joe Gardiner, Joe Rooney y Teddy Maguire.

Pero cuando estaba todo listo para la llegada de Wright al primer equipo, estalló la Segunda Guerra Mundial. Y por eso, a pesar de haber firmado su primer contrato profesional con sólo 17 años y jugado algunos encuentros en los dos últimos años, su carrera se vio cortada ya que el Wolverhampton, al igual que los demás clubes de la isla, tuvieron que disminuir notoriamente sus actividades hasta que el conflicto armado cesara.

Fue entonces que el Leicester le invitó a ser parte de su equipo, jugando algunos encuentros con este club pero sólo de forma amistosa hasta el año 1942, cuando regresó a su ciudad, y fue llamado para servir al ejército británico en condición de “entrenador físico y psicológico” de los soldados. Para la temporada siguiente, con la Guerra casi terminada y ya anunciado el retiro del histórico Stan Cullis, Wright se convirtió no sólo en titular fijo de los “Wolves”, sino también en capitán del equipo, honor que ya nunca abandonaría.

A pesar del reconocimiento ganado rápidamente de parte de los hinchas locales, la selección inglesa no llamó a su puerta sino hasta 1946. No obstante, con pocos partidos encima representando a su país, sus dotes de líder comenzaron a hacerse sentir, y fue escogido capitán del combinado por sus propios compañeros en 1948.

En 1949 ganó su primer título con el Wolverhampton, la Copa FA, y en 1950 viajó junto al equipo inglés que disputaría el Mundial de Brasil como emblema del mismo. Pero el equipo de los “tres leones” quedó segundo en el grupo de España, en épocas en que sólo avanzaba el primero, y debió despedirse del torneo.

A su vuelta, Wright no dejó de cosechar éxitos deportivos, sumando a su palmares nuevos títulos con el Wolverhampton, específicamente las “First Division” de los años 1954, 1958 y 1959, acudiendo también a las citas mundiales de 1954 en Suiza, y 1958, en Suecia, en las que Inglaterra fue derrotada por Uruguay en cuartos y eliminada en grupos a manos de Brasil y la Unión Soviética respectivamente.

Junto a Puskas en 1953
Aunque no logró títulos a nivel selección representando a su país, lo de Wright fue notorio porque llegó a la importante suma de 105 encuentros disputados, siendo además capitán en 90 de esas ocasiones, récord que comparte con Bobby Moore, y teniendo 70 apariciones de forma consecutiva. Incluso, fue aclamado en su país cuando finalizó segundo en la votación para el antiguo Balón de Oro de 1957, tras Alfredo Di Stéfano.

Decidió retirarse finalmente en agosto de 1959, habiéndose perdido en toda esa década, apenas 31 encuentros de los “Wolves”, con los que sí llegó a sumar 541 presencias oficiales con otro curioso registro: a pesar de haberse desempeñado en labores defensivas, Wright nunca fue amonestado ni expulsado por un árbitro en toda su carrera, lo que demuestra que más allá de un magnífico jugador, era también todo un caballero dentro del terreno de juego.

Su estatua en el Molineux
Tras abandonar la práctica profesional, se le otorgó la “Orden del Imperio Británico”, destacando su labor al frente de la selección inglesa, y para 1962 se había convertido en entrenador del Arsenal, aunque los malos resultados determinaron su salida de los “gunners” cuatro temporadas más tarde. Tras ello, Wright se dedicó a la televisión y los medios, llegando a ser Jefe de Deporte de la ATV y la Central Television, antes de unirse también a la Junta de Directivos del Wolverhampton.

Por último, fue muy reconocido gracias al haberse casado con Joy Beverley, de la famosa banda “The Beverley Sisters”, en una época en la que no era nada usual que los futbolistas saliesen con mujeres conocidas.

En 1993, cuando el Wolverhampton decidió renovar su estadio para modernizarlo, se construyeron tres nuevas tribunas, una de las cuales lleva claro, el nombre de Billy Wright, en reemplazo de la que antes se llamaba “Waterloo Road”. Finalmente, fallecería un año después luego de haber luchado algunos meses contra un cáncer de estómago. Sus cuerpo fue cremado y sus cenizas esparcidas en el campo de juego que supo acunarlo durante su juventud, el mismo que aún hoy le recuerda con emoción.



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