sábado, 30 de julio de 2011

Jesús Pereda, la gloria en el recuerdo

Jesús María Pereda Ruiz de Temiño, como era su nombre oficial, es conocido por todos los que le quieren como “Chus”. Si bien alcanzó su momento de mayor fama al integrar, siendo parte clave del equipo, la selección española que logró su primer título grande en la Eurocopa de 1964, disputada en España justamente.

Pero su historia tiene un comienzo muy anterior, ya que Pereda nació en Burgos en junio de 1938, pero desde pequeño se asentó, junto a su familia, en el país vasco. Allí comenzó a jugar en algunos pequeños equipos, como el Alcázar y el Balmaseda, hasta que le llegó el llamamiento para formar parte del Indautxu, en el que se haría famoso al menos a nivel regional.

Sus grandes actuaciones en este equipo le permitieron entonces ser convocado para integrar la selección provincial para menos de 16 años, en la cual además de hacerse rápidamente titular, fue designado capitán por sus compañeros. Ya de vuelta con el Indautxu, fue subido al primer equipo, en el que compartió vestuario con algunas viejas glorias del fútbol español, como Raimundo Pérez Lezama.

No obstante, en 1958, tanto Pereda como sus compañeros Miguel Jones y José Eulogio Gárate fueron apartados del club por no haber nacido en la región. Aunque los otros dos prefirieron fichar por el Atlético de Madrid, Jesús cambió de opinión más tarde para sumarse al Real Madrid, con sólo 19 años.

Habiendo debutado ya en primera, Pereda formó parte entonces del equipo que lograría hacerse con la Copa del Generalísimo, disputando parte de esa final. Más allá de eso, sólo había jugado dos encuentros en la Liga de ese año, y decidió marcharse, para tener mayor continuidad, al Real Valladolid, de cara a la temporada 1958/59. Muy pronto se hizo con el equipo sobre sus espalas, y ayudó a que ganara el Grupo I para el ascenso.

Fue entonces que el Sevilla se interesó por sus servicios y le contrató, apenas un año más tarde. Pereda continuó mostrando un gran nivel, y en 1961, el Barcelona le buscaría para ficharle. Mucho más maduro, no podía dejar pasar nuevamente la oportunidad de brillar en uno de los gigantes del fútbol mundial.

Con el Barcelona vivió su época más sobresaliente, siendo un fijo del once titular durante ocho temporadas, convirtiendo además 107 goles en 312 presentaciones, y obteniendo, además del cariño del público, dos ediciones de la Copa del Generalísimo, las de 1963 y 1968, realizando el primer gol en la primera de ellas; y también la antigua Copa de Ferias, equivalente a la UEFA o Europa League, en 1966.

Tras el éxito obtenido en el club catalán, “chus” se marchó en 1969 al Sabadell, donde jugó sólo un año, antes de poner punto final a su carrera en el Mallorca, en 1972. Dejó entonces más de 500 encuentros oficiales disputados, y un recuerdo imborrable para los fanáticos del fútbol.

Su gol ante la Unión Soviética
Paralelamente, sus buenas actuaciones en el Barça le sirvieron, desde luego, para ser convocado a fin de representar a su país. De hecho, se había convertido en un indiscutible desde haber sumado a las juveniles, en este caso al sub21 de España. Para 1964, se esperaba la disputa de la Eurocopa como locales, y los españoles poseían un equipo muy interesante, con futbolistas como el propio Pereda, Luis Suárez, Amancio Amaro, José Ángel Iribar y Josep Maria Fusté, entre otros.

El problema es que, al mismo tiempo, había otras grandes selecciones que buscaban hacerse con el torneo, como la Unión Soviética, Hungría o Inglaterra. De hecho, ya parados en semifinales, tres de ellos se encontraban presentes, a excepción de los británicos, cuyo sitio “natural” había sido ocupado por los daneses.

En la primera semifinal, España derrotó a los húngaros por 2 a 1, anotando el primer gol del encuentro justamente Pereda. En tanto, la Unión Soviética de Lev Yashin había aplastado a los daneses por 3 a 0, y parecía favorita para la gran final del 21 de junio.

Sin embargo, en el encuentro decisivo, Pereda volvió a anotar la apertura del marcador para los locales, cuando solamente se llevaban disputados seis minutos de juego, un récord que aún sigue vigente para estas competencias. Luego, la Unión Soviética igualaría tan sólo dos minutos más tarde, por intermedio de Khusainov.

Luego el partido entró en una meseta, hasta que faltan cinco minutos para el cierre del mismo, Pereda luchó un balón por banda, centró y Marcelino logró batir a Yashin. Curiosamente, la transmisión de televisión tuvo una imperfección, y se debió editar el video de la final, por lo que en la jugada se ve que quien centra no es Pereda, sino Amancio, increíblemente con otra camiseta, para que luego sí, Marcelino convierta la anotación.

Finalmente, tras retirarse, se dedicó buen tiempo a la dirección técnica, pasando por todas las selecciones juveniles españolas, desde la sub16 hasta la sub21, y posteriormente también hizo lo propio con el Xerez y la selección autónoma de Castilla y León.




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